22/12 – 12:15 – Desde que Nilda Garre se hizo cargo de su nueva función (hace dos días) e implementó la temeraria idea de enviar efectivos de seguridad desarmados a desactivar conflictos sociales, esta nueva “estrategia” ha cobrado cuatro heridos en Gendarmería Nacional. La policía Federal no puede acudir armada (con ningún arma, ni letal ni antimotines) a desalojar una toma o reprimir un piquete. ¿Cuánto tiempo durará esta situación antes de que alguien se rebele?. Lo advertimos en nuestra columna y hoy ha ocurrido.
En una reciente columna nuestra, hablando de la nueva “política de seguridad” implementada por la flamante funcionaria, Nilda Garré con el aval de la presidenta Cristina Fernández, en la cual decidieron “desarmar” a la policía Federal en los procedimientos por conflictos sociales, textualmente expresamos: Garré ahora llega a recomponer la “seguridad” y lo primero que hace es atacar a la institución policial, dejando al efectivo en la calle, indefenso, a merced de los delincuentes, que en poco tiempo más comenzarán a cargarse vidas de policías con la misma naturalidad con la que plantean un piquete con caras tapadas, caños, garrotes y tumberas. ¿Es que para Garré vale menos (o nada) la vida de un policía que la de un ciudadano común? ¿Cuál es el concepto de seguridad que maneja la flamante funcionaria, destartalando la autoridad que puede combatir el delito, quitándole la actitud intimidatoria que es psicológicamente lo que actúa preventivamente sobre aquel que va a cometer un delito?.
Ayer balearon a cuatro Gendarmes que fueron enviados a custodiar un predio en el Partido de Lanús con órdenes precisas del Ministerio del Interior de no reprimir, para lo cual fueron desprovistos de armas antimotines. Como consecuencia de ello, desde un sector desconocido de los grupos de ocupación y villas cercanas,dispararon armas de fuego hiriendo a cuatro efectivos, uno en la ingle, otro en el fémur y en la tibia, otro en el peroné y un roce en la cabeza a otro, que estuvo más cerca de la muerte que sus compañeros. Los heridos fueron evacuados por helicóptero y puestos a salvo.
En otro pasaje de nuestra columna señalamos: “… se deja al personal a merced de las bandas armadas con palos piedras, cuchillos y armas de fuego, que los tendrán de blanco móviles a los integrantes de la fuerza Federal”.
Finalmente queremos recordar otro de los párrafos sobre las consecuencias que, pensamos, tendrá esta irracional manera de plantear la “seguridad” “…El problema que Garré va a tener en corto tiempo, es que cuando empiecen a herir y matar policías, será la propia institución la que se rebele y ella será una víctima más de su ilimitada ignorancia en materia de seguridad”.
Solo basta ver cómo van a reaccionar los policías y los Gendarmes o cualquiera otra Fuerza, cuando vean caer a sus hombres productos de la balas de los delincuentes barnizados por la impunidad del poder, que utilizan a los pobres como moneda de ajuste de sus éticas perdidas y no dudan en mostrar la falta de solidaridad con la gente que sirve en instituciones donde el efectivo tiene la obligación de obedecer sin responder al desprecio que un gobierno tiene por la vida de cada uno de ellos.
Ayudar al impune
Como si ello no fuera suficiente el Juez Eliseo Otero, decidió dictar la “falta de mérito” para el barra bravas de Huracán reconocido como Julio Capella, a quien se ve claramente en un video, disparando una pistola en medio de la ocupación de Villa Soldatti y que posteriormente las imágenes muestran cómo se la entrega a un compañero que desaparece entre el caos y la multitud descontrolada.
Dijo el Juez que no tiene claro “si se trata de un arma de juguete porque pesaba como un papel” (¿?). Es muy difícil creerle al magistrado, porque hoy con las técnicas digitales que existen en programas avanzados utilizados en todo el mundo, es posible realizar un acercamiento muy claro de la imagen (aún cuando sean de baja calidad) y detener el preciso momento del disparo. Una pistola al momento de efectuar la detonación, produce una salida de gases desde el cañón, que a veces no se puede ver a simple vista, pero (contrariamente al revólver que tiene recámara cerrada), con cada disparo, en la pistola, se acciona la corredera o block de cierre, deja escapar la cápsula servida y vuelve a armarse para el otro tiro. Este movimiento mecánico del arma es visible a simple vista y si se tiene medios digitales para acercamiento, la comprobación es exacta. Le queremos aclarar al Juez, que un arma de juguete y menos de papel, hace esto.
La segunda prueba es la intencionalidad del sujeto de pasarle el arma (tapada con una remera) a un compañero luego de realizar varios disparos, para que éste se vaya de allí. Esto no es ni más ni menos que hacer desaparecer el instrumento del delito, con el objetivo de que si en ese momento era apresado (y no existía el video) no podía ser detenido por falta de pruebas.
Es decir que aquí habría que investigar, en primera instancia a Capella y luego al Juez Otero y sus colaboradores, porque es evidente que se está ocultando la verdad. Si juntamos este proceder al menos irresponsable, por parte de la Justicia, con el concepto de “seguridad” acuñado por Nilda Garré, tenemos un cóctail explosivo que terminará con la vida de varias personas, antes que se retroceda con este aberrante accionar del gobierno y quizás, de forma abrupta, con la gestión de muchos funcionarios iluminados que creen haber descubierto una fórmula mágica para salvarse en las urnas, cuando en realidad exponen a los servidores públicos a una muerte segura. (R. Lasagno/Agencia OPI Santa Cruz)
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